La cabeza y el cuello conformados por múltiples elementos orgánicos pares o impares, constituyen el sector de mayor atracción y a la vez uno de los más delicados; hablamos de la cara en la cual se encuentran los componentes orgánicos responsables de las más diversas funciones de vida.
Los seres humanos en los procesos naturales de crecimiento y desarrollo, por la edad mantienen o alteran esa naturalidad morfológica y funcional. Esta evolución presenta factores diversos como los hábitos alimenticios, respiración, posturas verticales o los temidos elementos traumáticos y la genética; que de una u otra manera, perturban directamente a componentes vecinos y a distancia.
Nos referimos específicamente al patrón esqueletal mayoritario de los componentes de cara, el complejo bimaxilar con sus bloques superior o MAXILAR e inferior o MANDÍBULA acompañados de una poderosa dupla dinámica como son las arcadas dentarias superior e inferior y el órgano lengua. Es fácil imaginar como la ausencia o alteración de uno de estos múltiples elementos por cualquier causa (extracciones o pérdidas prematuras) afecta todo el componente máxilo facial con dolor, movilidad y la posible pérdida de funciones integrales.
A edades tempranas la posible no detección de estos problemas en el niño ocasiona los cambios posicionales dentarios, el desbalance de la oclusión y la funcionalidad natural, éstas serían las primeras causas en los desvíos posicionales intermaxilares .
Es el tercio inferior mandibular que cambia mayoritariamente en sentido ántero posterior y a los lados derecho o izquierdo alterando la línea media facial o frontal de la cara.
La mordida invertida se define entonces como el tercio medio o MAXILAR retruído y el tercio inferior o MANDIBULAR adelantado. La magnitud depende de las causales.
Los pacientes portadores de FLAP son personas que nacen con una malformación congénita que afecta el desarrollo normal de los labios, el paladar y la nariz. Esta condición puede tener graves efectos adversos en la vida de los pacientes, tanto a nivel físico como psicológico y social, ya que afecta su salud bucal, estética facial y autoestima.
Los problemas odontológicos que pueden presentar los pacientes con FLAP son variados y dependen del tipo y la severidad de la fisura. Algunos de los más frecuentes son:
Es importante que estos pacientes reciban una atención integral y multidisciplinaria desde el nacimiento hasta la edad adulta, que incluya no solo el tratamiento médico y quirúrgico de la fisura, sino también el cuidado odontológico preventivo y correctivo. De esta manera, se podrá mejorar su calidad de vida, su salud bucal y su bienestar emocional.
En este sentido, en nuestro Centro de Atención Especializada, realizamos tratamientos de alta complejidad, cuyo fundamento ortopédico se encuentra en la experiencia e investigación propia, realizada durante casi tres décadas. Estas terapias innovadoras nos permiten brindarle al paciente un pronóstico con una altísima tasa de éxito y un elevado nivel de seguridad.
Otra alteración creciente en número de pacientes y de una magnitud altamente preocupante se refiere al complejo de la ARTICULACIÓN TÉMPORO MANDIBULAR bilateral, afectando áreas vecinas y abarcando además edades cada vez más tempranas, a los 3 o 4 años y muy notoriamente el rango de la tercera edad.
Se la ubica bilateralmente en la cara, por derecha e izquierda por fuera entre los pabellones auriculares (orejas) y por dentro los conductos auditivos derecho e izquierdo.
Si se considera a esta zona como parte integral del bloque Máxilo Facial unido a la base del cráneo, se habla de un gran elemento orgánico con una morfología multifuncional.
Un trauma puede afectar un minisector y provocar una disfunción (alteración funcional) y una dismorfosis (variación de la forma) en puntos diferentes y alejados, con gran dolor, disminuyendo las funciones específicas producto de la reacción orgánica natural, afectando de una manera directa a la doble ATM y a los componentes óseos, musculares y ligamentosos cuyas magnitudes exigen una observación necesariamente profunda y no visible.
Los signos y síntomas iniciales son sutiles: sensibilidad de inicio prácticamente ausente a edades tempranas (8 a 10 años). La primera alarma es al tacto, por un toque suave como un mini abultamiento que puede evolucionar de lado derecho a lado izquierdo, a lo ancho de la cara apareciendo el factor dolor mayor de un lado que del otro.
Un minitrauma unilateral puede provocar desvío funcional en ambas articulaciones, que debe ser solucionado rápidamente ya que de acuerdo a su gravedad y cronicidad la evolución llega a ser dramática.
Aparecen entonces los desvíos faciales de línea media, mayores del lado traumatizado.
Este proceso alterativo de ambas articulaciones produce las mayores asimetrías faciales a derecha o izquierda de la mandíbula en general y su gravedad altera la forma y función de la cara provocando además un reacomodo disparejo e irregular de las partes blandas: músculos, ligamentos.
El punto de vista estomatológico tiene que ver de manera muy directa con las alturas condilares en la ATM y alturas cuspídeas de contacto oclusales desde extremo a extremo. La ausencia de oclusión de una o varias piezas dentarias deben ser profundamente estudiadas en la aparición del dolor y verificadas clínica y radiográficamente.